jueves, 19 de diciembre de 2013

8 cosas que nadie te dice sobre vivir traviajando...


Dicen que si vas a envidiar a alguien, debes envidiar el paquete completo, no vale envidiar sólo una parte de la persona. Quieres nadar como Phelps? Ok, recuerda que implica nadar 8 horas diarias. Quieres ser jugador de go profesional? Ok, prepárate para las incontables horas mirando el tablero y resolviendo problemas, todo en un mundo terriblemente competitivo. Quieres ganar los millones que ganan los corredores de bolsa de new york? Debe ser un corredor de bolsa! zzzzZZZZ.

Siempre he creído que las redes sociales permiten a la gente crear una realidad fantasiosa donde sólo dan a conocer las cosas buenas de su vida, proyectando una imagen no realista de lo que realmente sucede. Creo que con este blog cometí el mismo error, y este post espera remediarlo.

Aquí una lista de cosas que salieron (y seguirán saliendo) mal durante el viaje. Algunas me las esperaba y otras me agarraron sin previo aviso...



8. Tu cuenta de ahorros va en picada, y no va a subir.


 Ok, esto suena ridículo de señalar, pero es una sensación peculiar cuando lo experimentas por primera vez. Cuando tienes un trabajo todos los meses tu cuenta gana un bonus a fin de mes: las campanas suenas, alcanzas el checkpoint y tu número se infla para darte tiempo extendido, igual a un juego de carreras.
A partir de ahora eso se acabó. Tu cuenta sólo va a ir bajando contantemente y nada la va a tirar para arriba. Cada cosa que compres, cada tour que hagas, cada show que asistas, cada coca-cola que te tomes, acorta el tiempo que vas a estar viajando; y si tu plan es viajar por un largo tiempo, entonces esto te persigue en cada decisión que tomes, todos los días. ¿Vale la pena pagar por OTRO templo/palacio/cerro/mirador/edificio/serviciosexual/gramodecoca/etc más? ¿O mejor lo ahorro? ¿No era que las mejores cosas de la vida son gratis?
Y se pone peor, cuando te das cuenta que...



7. Vas a estar malgastando plata constantemente.



Muchas de las cosas de tu vida diaria, las aprendiste por experimentación. Dónde conviene comer, qué micro tomar, cuál es el precio normal de ese producto, cuánto lleva llegar de un lugar a otro, qué barrios conviene evitar, etc, etc, etc. Con el tiempo te vuelves una máquina precisa y eficiente adecuada a tu rutina y a tus gustos.
Eso acá ya no existe. Cada pocos días es una ciudad nueva, con nuevas micros, metros, taxis, restaurants, calles, etc. Pierdes plata constantemente por todos los errores que cometes, y cuando aprendes la lección ya es hora de moverse a otro lugar.
Tomaste la micro equivocada? 1,5 dólares menos.
Compraste en el negocio equivocado y había uno más barato 50 metros después? 3 dólares menos.
No te gustó lo que pediste de almuerzo? 5 dólares menos.
No calculaste el tiempo bien y debes tomar un taxi? 10 dólares menos.
No te queda otra que comprar ese pasaje de tren en horario peak? 50 dólares menos.

El cambio constante será tu rutina, y eso lleva a que...


6. Tu cuerpo estará en un estado permanente de estrés...


Cama nueva, casa nueva, calles nuevas, monedas nuevas, idioma nuevo, cultura nueva. Tu cuerpo está en permanente estado de alerta tratando de absorver y aprender todo lo que está viviendo. Has notado que cuando vas a un lugar nuevo, el camino de ida se siente mucho más lento que el de vuelta? Es porque al ir estás aprendiendo, tu cerebro está absorviendo información nueva, alerta de no pasarse de la dirección, etc. El tiempo empieza a transcurrir más lento por todas las cosas que estás haciendo y viendo. En cambio, al volver, ya te conoces el camino, sabes volver a tu casa y puedes ir en modo automático, pensando en otras cosas que te distraigan.

Pero aprender y ver cosas nuevas es divertido, no? Bueno...


5. Puedes enfrentarte a un choque cultural


Visitar un lugar extraño puede ser divertido y fascinante, y las cosas que se aprenden y experimenten quedan de por vida. Pero a veces podés encontrarte con cosas tan diferentes a lo que estás acostumbrado o con lo que te sientes cómodo, que puede que se conviertan en momentos poco gratos. Ya sea que llegas a una sociedad muy conservadora (o muy liberal), o una sociedad muy machista, o "maleducada", etc, puede que ciertas actividades de la vida diaria no sean de tu agrado.
En mi caso en Korea, fue la comida. Cada vez que era hora de almorzar o cenar tenía que prepararme para una comida extremandamente picante, extremandamente hirviendo (no sé que brujería harían pero los caldos seguían burbujeando hasta 5 minutos desde que los ponían en mi mesa), y extremadamente carnívora. Sumándole que no podía hablar el idioma para pedir cosas a mi gusto, cada almuerzo era un nuevo reto.
Puede que seas muy flexible como para adaptarte a cualquier situación. Ojalá que sí, ya que...


4. Más vale que puedas dormir/trabajar donde sea.


A menos que tengas mucha plata, vas a quedarte en lugares baratos. Y los lugares baratos son baratos por una razón. Vivir en lugares desordenados, sucios, o con mucha gente que mete ruido a todo hora, poder dormir con luz prendida, con gente roncando o con una fiesta en la habitación de al lado, son cosas bastante comunes, y más te vale que puedas tolerarlo.
Un caso extremo me lo comentó un alemán: en el hostel anterior se había despertado en la noche porque su litera se sacudía. Resultó que el huesped de la cama de arriba había decidido volver con su cita a la habitación.


El problema aumenta al doble cuando además planeas trabajar mientras viajas. Deberás ser capaz de trabajar en las situaciones/posiciones/sillas más incómodas que encuentres. No puedes andar buscando sillones ergonómicos ni silencio para concentrarte. A tu alrededor por lo general habrá ruido y conversaciones, después de todo estás viviendo en una casa con unas 15 personas más (en temporada baja). Y sobre las conversaciones...



3. No más conversaciones profundas.

¿De dónde eres? ¿Qué haces aquí? ¿Qué haces en tu país? ¿A dónde vas?
He respondido infinitas veces esas preguntas y variaciones. No es fácil encontrar gente con quien conversar de algo serio; incluso cuando es muy fácil romper el hielo, las conversaciones tienden a ser fáciles y livianas (después de todo, no sólo recién te conocen, además están de vacaciones). A eso hay que sumarle que con la mayoría de la gente es difícil encontrar cosas en común...

- A qué te dedicas?
- Análisis estadístico de comportamiento financiero de empresas.

Pero tal vez tengas suerte. Una entre mil a que puedes conocer a alguien con quien comparten muchas cosas y pueden hablar por horas como si fueran viejos amigos. Una lástima porque...


2. La gente genial desaparece tan rápido como llegó.

No te encariñes con nadie porque probablemente mañana ya estarán a varios kilómetros de distancia.
Lo que nos lleva al último punto...


1. Más vale que sepas estar solo.

Vas a pasar mucho (mucho) tiempo solo y más vale que te caigas bien. Si eres de las personas que necesita conversar, o si te aburres cuando todo el mundo se va, o cuando todos se quedan callados, o no puedes ir a cenar ni al cine solo, esto no es para tí.

Y ni hablemos de si se te ocurre la genial idea de enfermarte... buena suerte apapachándote solo.


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