viernes, 21 de marzo de 2014

Hoy agustin esta en... Sucre, Bolivia.



Debido a un error de cálculo de tiempos, y luego de sobrevivir a los taxis Potosí-Oruro que se creen Meteoro, llegamos a Sucre de madrugada. Como era muy tarde para recoger la llave del departamento donde nos íbamos a quedar, vagamos por las calle de Sucre en busca de un alojamiento. Hostales con recepción 24 hrs no son muy comunes en una ciudad tan chica.


El día siguiente era el tercer día de carnaval, lo que implicaba que la ciudad todavía celebraba y en las calles pasaban comparsas con bailarines y orquestas. Y bombas de agua, por todos lados.

Una de las cosas que extrañé en Oruro fueron las famosas guerras de agua. Debido a que es una zona con poco agua, una reciente prohibición determinó que no estaba permitido vender ni tirar bombas de agua durante el carnaval. En Sucre no existe tal regla.


Mientras caminas por la calle en días de carnaval puedes esperar bombazos, empuma y huevos (nunca supe con qué los rellenaban). Puedes comprar tus municiones a la adorables señoras que se instalan en todas las esquinas, por 1 boliviano (80 chilenos) te dan una bolsita con 8-10 bombas.

Una de las actividades preferidas de la masa: buscar a algún conductor descuidado que haya dejado su puerta trasera sin seguro. Alguien es el encargado de ir probando todas las puertas de los autos que van pasando, y cuando una se abre se escucha a la gente gritar y empiezan a volar todas las bombas en dirección de la desprevenidad víctima.

Ya por la noche, aunque la música y el baile sigue, la gente se va quedando sin plata para las bombas de agua, y la proporción de comparsas a peleas de borrachos es masomenos 1:1, así que el ambiente se vuelve un poco más turbio. Me tocó ver una nariz ensangrentada y uno que por como se agarraba la panza parecía recién apuñalado, aunque nunca le vi ningún agujero ni suficiente sangre, y rápidamente se enfrascó en otra pelea... así que agonizando no estaba =P.

Lo muy divertido, es ver como las mismas señoras que venden la bombas se encargan de separar las peleas lanzádoles bombazos y baldes de agua a los borrachos.

El día siguiente y último día de carnaval es el martes de Challa. La gente prepara una combinación de "ofrendas" que se eligen de acuerdo al rubro y las queman frente a sus locales, casas y vehículos, todo con el fin de que la Pachamama los bendiga.


Terminado el carnaval, la ciudad vuelve a la normalidad.

Sucre es conocidad también como la Ciudad Blanca. Debido a que es Patrimonio de la Humanidad, una normativa impide hacer cambios a las fachadas de las casas, por lo que toda la zona céntrica tiene una pinta muy colonial. Paredes blancas con techos naranjos.







Muy cercano a la ciudad (tomando el bus 4 hasta su terminal) llegas al Castillo de la Glorieta. Una casa que (salvando las distancias, claro) podría ser la versión chuquisaqueña del Palacio de Versallies. Habitado hace más de 110 años por una pareja sin hijos que se dedicó a adoptar numerosos niños y formar un orfanato.


Otro de los puntos de interés de Sucre son los dinosaurios. De nuevo tomando la 4 pero en la otra dirección, llegarás a la empresa Fancesa (cemento), muy importante para la industria de Sucre. Cuando esta empresa estaba trabajando el suelo descubrieron toda una placa prehistórica con numerosas huellas de dinosaurios. Es el registro más grande del mundo en cuanto a huellas se refiere.



El sitio fue complementado con un pequeño parque y museo en el que se ven esculturas de los animales cuyas huellas fueron encontradas.





Otro día, visitando el cementerio de la ciudad, aparte de lo muy cuidadas que están casi todas las tumbas, me llamó la atención estos personajes que se ven sentados en las bancas:


Anunciaban "Oración, oración, para las almitas, oración". Podías pagarles unos pesos a cambio de que te acompañaran a rezar a tu muerto.



A 60km de la ciudad se encuentra Tarabuco, un pequeño pueblo donde todos los domingos se organiza un mercado donde todos los campesinos de la zona van con su mercadería. Algunos incluso sólo funcionan con truque y no con moneda.
Justo el día que fui yo (tercer domingo de marzo) se celebraba el Pujllay, una especie de mini-carnaval. Así que tuve la oportunidad de ver bailes y trajes típicos de los pueblos originarios.






 Chicha de Maíz
 

El gran pucara, donde terminaban todos los bailes. 

El Pujllay se realiza en honor a los indígenas que
lucharon contra los españoles en 1816. Se llamaban
Sonkqo Mikus, y se comían el corazón de sus enemigos.


Por último, visité la Casa de Libertad, un museo colonial donde, entre otras cosas, está:


La declaración de independencia del Alto Perú y creación de Bolivia.


Y la primera bandera argentina. Creada por Belgrano y que lo acompañó en sus campañas contra los realistas en Bolivia. Temiendo una pronta derrota, Belgrano escondió esta bandera en una iglesia local.


También, caminando por ahí, me encontré con esta exposición:


En donde con recortes de diarios de la época, mapas y retratos recordaban como "el pueblo chileno, heredero de Caín y con codicia insaciable, se apoderó de las costas de Bolivia".

jueves, 6 de marzo de 2014

Hoy agustín está en... Oruro, Bolivia.



Tomé un tren nocturno que me llevó hasta Oruro. Al principio mi plan era ir en bus, pero por algún motivo todas las empresas de buses decidieron que sus buses de Uyuni a Oruro parten a las 20:00, dejándote en Oruro a las 4:00 am... =/



LLegué a Oruro en medio de las preparaciones para el Carnaval 2014, declarado por la ONU como patrimonio intangible de la humanidad. Es una festividad en honor a la Virgen del Socavón.

 



Una enorme cantidad de gente, se instalaba en las calles principales con puestos vendiendo de todo. El recorrido principal (masomenos en forma de L) le toma a los grupos unas 3 horas en recorrer bailando.

Para almorzar, lentejas con arroz por 6 pesitos. 




Mientras algunos pintaban la calle, otros armaban los asientos a los costados de la calle.



El carnaval es muy famoso y durante los 3 días Oruro se llena de visitantes. Por lo mismo, encontrar alojamiento implica o pagar altísimos precios o estar dispuesto a dormir donde sea (o, directamente, no dormir y pasar de largo festejando).

El viernes es mejor dedicarlo a conocer la ciudad, y en la noche es hora de ir a comprar asientos. El precio de los asientos depende de su ubicación y de su altura. Un asiento en la plaza (zona central del recorrido donde están las autoridades) rodea los 1000 Bs (140 dólares), mientras que uno al comienzo del recorrido y en altura puede estar a 100~150 Bs. Una de las "gracias" de los asientos altos, es tener que trepar por escaleras hechizas para poder alcanzarlos.


El carnaval empieza el sábado temprano. Son cientos de grupos que pasan bailando.

Un amigo francés infiltrado en los Zampoñeros. 

Mi tía con su grupo de baile. 

Caporalitos. 










La envidiable habilidad de dormir profundamente con una orquesta
de trompetas a 5 metros metros de distancia.




Una muy buena idea. Llevarse el almuerzo para no tener
que bajar trepando una vez que se llenan las butacas.
 
Ya en la tarde, dejamos las butacas en busca de descanso y comida. El plan era volver a nuestros asientos en la noche, puesto que el sábado en la noche es el mejor momento del carnaval, donde las fraternidades más numerosas y tradicionales despliegan sus trajes con luces y fuego.

Sin embargo, en la tarde, camino del terminal, me entero de la noticia de que una pasarela llena de gente había colpasado, dejando 60+ heridos y 4 muertos.



La organización había intentado evitar una situación como ésta poniendo pendones a los costados de la pasarela y convirtiéndola en un túnel sólo destinado a transitar, pero la gente había cortado agujeros en los carteles y desde allí se amontonaba para ver.

El carnaval entraba en pausa y no se sabía si iba a continuar.




Durante esa noche la mayoría de los grupos de baile se retiró mientras que otros continuaron parte del camino caminando. Durante la noche el circuito fue invadido por los visitantes, y algunas bandas aún tocaban cerca de la plaza, para las masas que seguían con ganas de celebrar.

El domingo se retomaron los bailes (el costo económico de terminar el carnaval era muy grande). Pero tradicionalmente el domingo es un día más relajado, con los bailes constantemente pausando, bailarines sin sus trajes completos y gente entrando al circuito a bailar y sacarse fotos.

Es una pena la tragedia ocurrida. Aún así, de lo poco que alcancé a ver del carnaval me llevo una buena imagen y planeo volver algún día a repetirlo y terminar de ver los que me perdí.

Una advertencia al que quiera venir: dada la cantidad de borrachos que circulan por la ciudad en estas fechas, no te recomiendo pisar ninguno de los miles de "charcos" que te encontrarás en la ciudad durante estas fechas. No son de agua.