Hoy agustin está en... Gwangju, Korea

Ok, mentí. En el post pasado dije que me volvía a Seoul. Pero me desvié un poco...


El lunes los organizadores del torneo nos llevaron a un par de turs por Gumi. Gumi es una ciudad muy planificada. No da la impresión de haber crecido orgánicamente, si no que planeada con anticipación. Todas las calles anchas, veredas anchas, sin diagonales, edificio por bloques de condominios, buena señalética, etc.

Primero fuimos al lugar de nacimiento del presidente Park Chung-Hee.

Es un complejo bastante grande, y es que es un presidente bastante querido en korea (o eso nos quisieron hacer creer) por llevar al país de la pobreza a un gran desarrollo económico. Todo era demasiado elogio y grandeza, y había algunas cosas sospechosas sobre todo lo que nos decían. Para empezar, Park era jefe militar justo antes de ser presidente y gobernó durante 17 años seguidos (donde he escuchado eso antes?). Bueno, basta con usar wikipedia para saber un poco más sobre lo que la guía turística no nos había contado. En fin...

Park es el padre de la actual presidenta de Korea: Park Geun-hye.

Una anécdota simpática: esa casa que se ve en la foto es una habitación muy pequeña y no era su casa principal. Pero Park tuvo que nacer ahí debido a que antes habia nacido su hermana en el edificio principal, y la creencia era que dos bebés no pueden nacer en la misma casa puesto que se les divide la suerte. Asi que llevaron a la madre a esa habitación secundaria a dar a luz.

Después nos fuimos en unos buses eléctricos que la ciudad de Gumi está empezando a poner en funcionamiento. La principal gracia de estos buses es que se recargan inalámbricamente, por lo que en cada parada hay sistemas bajo suelo que recargan el bus mientras éste está detenido.

Finalmente llegamos al Monte Geumo, de 976 metros de altura, donde paseamos por un pabellón y el camino de la inspiración.

Luego volvimos a almorzar al hotel, y de ahi todos se embarcaron en el bus de vuelta a Seoul.

Durante el desayuno, Pedro, de Portugal, me comentó que él se sapararía del grupo y viajaría al sur de Korea. Me pareció una excelente idea asi que nos fuimos por nuestra cuenta a Gwangju, al sur de Korea.

Luego de vagar sin rumbo en el barrio de moteles de Gwangju, en el que hasta llegamos a considerar compartir una cama doble porque eran más baratas, encontramos un hostel muy acogedor, y Pedro, demotrando su fanatismo, se instaló a ver Baduk TV.
 

 No sin antes comerse unos bichos en la cena... =/.

Al día siguiente fuimos a Damyang, un condado cercano, que tiene como principal atracción sus cultivos de bambú. Recorrimos un bosque de bambú, un museo de bambú (donde vimos un goban), un camino de sequoias, un jardín de los tiempos de la dinastía Joseon y un eco-parque.

Cosas curiosas de la vida koreana que aprendí:

1) Esto para ellos es una plato de comida normal (6 dolares):

2) Utilizan los pequeños terrenos valdíos entre edificios/esquinas/etc, que en latinoamérica serían un basural o en el mejor de los casos un montón de juncos con ratones, para hacer plantaciones. (Vi varios de estos, este es el más ordenado en todo caso).

3) Y finalmente, y probablemente lo más sorprendente, mind = blown, jaw-dropping, etc, etc... le ponen gomitas a las puertas de los autos para no golpearlas...