Abandoné Bolivia porque mi visa de turista estaba por vencer. Ya la había extendido dos veces y no me dejaban extenderla más.
Antes de salir pasé de nuevo por La Paz, ya que necesitaba ponerme la segunda dosis de vacunas... como las vacunas son gratis en Bolivia, me puse todo lo que me ofrecieron: antirrábica, fiebre amarrilla, antitetánica y hepatitis B. Después de las vacunas uno se siente un poco inmortal...
Agustín saliendo del centro médico.
Desafortunadamente no tenían contra la hepatitis A, así que si bien ahora puedo dejarme morder por un perro mientras me hace un tatuaje en la selva amazónica utilizando una aguja oxidada... todavía tengo que tener precaución con dónde compro mi comida.
Una cosa curiosa que me olvidé contarles de La Paz. En los barrios de las afueras es muy común encontrar estos muñecos ahorcados en los postes de luz...
Algunos tenían carteles que decían "Ladrón pillado, ladrón quemado". Son advertencias que ponen ciertos barrios para avisar que no se van a molestar con ir a la policía si algo ocurre en sus calles.
En fin, le dí la vuelta al Lago Titikaka y llegué a Puno... la "Copacabana" del lado Peruano.
A diferencia de Copacabana, Puno es una ciudad (200 mil hab), no un pueblilto pintoresco. Así que hay mucho más ruido, mucha más gente y en general es bastante más fea...
Este es el Yavari, primer barco a vapor que navegó el Titicaca.
Fue traido desde Inglaterra en más de 2000 piezas y reemsamblado acá arriba.
La principal (y única?) gracia de Puno son las islas flotantes de los Uros.
Los Uros son indígenas de la zona que al ser constantemente atacados decidieron irse a vivir al medio del lago.
Para esto empezaron uniendo balsas que construian con la caña llamada "totora". Luego empezaron a perfeccionar la técnica de construir islas. En la base estas islas son de "tierra"... tierra que flota.
Luego le ponen una gruesa capa de totora, la cual recubren todas las semanas porque se va desgastando desde abajo.
La visita a los Uros la sentí un poco "artificial", como visitar Disney. En el sentido que los Uros hace rato se dieron cuenta que para qué van a seguir con su estilo de vida tradicional, si hay un montón de turistas dispuestos a pagarles para que les cuenten como era su vida tradicional.
La totora se puede comer también, no tiene sabor a nada.
Así que al visitarlos que te quedas con la idea de que todo está demasiado limpio y ordenado como para que realmente vivan y trabajen acá.
Tal vez a nosotros nos mostraron las islas turísticas y hay otra islas más "reales" a las que no tenemos acceso. Hay opciones de visita en que puedes quedarte a pasar la noche en las islas, y convives con una familia, te llevan a pescar y te enseñan a tejer y comes cuy.
Hay unas 80 islas en total, y todas juntas forman como un circulo
con una entrada, al más puro estilo "Water World".
Luego de la isla de los Uros puedes visitar la isla Taquile, que es como la Isla del Sol, en Copacabana. Tiene su propio grupo de indígenas. Estos eran un grupo aún más aislado que los Uros, ya que su isla se encuentra a 2-3 hrs de la costa (en lancha moderna). Llegaron incluso a tener problemas de salud debido a la endogamia.
Los hombres deben tejer su sombrero de soltero (blanco) y luego el de casado (rojo). Antes de celebrar el matrimonio y para comprobar la habilidad de su futuro marido, la mujer llena el sombrero rojo con agua y si éste tienes pérdidas, la boda de suspende hasta que teja mejor.
Paris y Madrid en direcciones completamente opuestas...mmm...
bueno, nadie dijo que fueran genios de la cartografía y navegación.
Tal vez por eso nunca salían de su isla.
Y qué harás ahí, Agus? Te quedarás más tiempo, o vas sólo de paso?
ResponderEliminarSólo estuve de paso... seguí rápidamente mi camino para Arequipa.
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